jueves, 30 de octubre de 2014

003-Día y Recuerdo



Eso es en lo que he estado pensando, llegare tarde... ¡pero acaso no puedo hacer nada bien!, apenas me quedo tiempo para arreglarme y aun así, tengo que entregar el reporte que mi jefe me pidió.
Solo he podido pensar, que quizá sería mejor renunciar y dejar a un lado el hecho que soy una exitosa secretaria (jajaja... ni yo me lo creo), y tratar de hacer algo mejor con mi belleza.
Es hermoso, veo en la mañana el pasto mojado por la brisa de la mañana, toda la gente caminando por las calles que salen quizá del turno de noche y otros que apenas comienzan su jornada... ¿que como lo sé? Es obvio. En su cara de cansancio, ellos van con frescas afeitadas y bien perfumados, y las mujeres con su cabello mojado, algunas con  prisa que como yo, hemos sido acorraladas por este estilo de vida.
El Chofer no tiene vuelto espera que le demos sencillo, la música a todo volumen ya cansa incluso a esta hora de la mañana, logre tomar asiento, me gusta la mañana ya que los asientos están confortables y nadie se ha sentados en ellos... el intercambio de calores no me gusta.
Cuando salí de mi casa el sol no comenzaba a calentar, se sube una persona, el sol va enseñando cada maravilla, esta persona lleva una chaqueta, deduzco que es un vigilante privado, que se ha desvelado y que lo único que lleva en su cabeza es una plácida cama.
Otras personas se suben y percibo otra serie de estimulaciones, una serie de olores nada agradables, intento la misma técnica anterior, es la loción que una mujer, escandalosamente lleva impregnando el débil aire dentro del autobús, el señor de la vigilancia privada que se subió primero se sienta delante mío y cierra la ventana... mal para mi... ah.
Controlándome logro pensar en otra cosa, veo los demás autobuses, a las demás personas como yo, en esta ciudad, todas a trabajar, a estudiar, a robar a... ¡que pienso!, es que me he estado preocupando por ese hombre que se subió en la parada pasada, es muy sospechoso, en fin siento la necesidad de pensar en mi ahora, en analizar lo que ha pasado... aunque quizá mentiría, no lo quiero, pero ese proceso es de tajo, sin premeditación. Ya estoy pensando cuando me doy cuenta que lo estoy haciendo.

Ayer te extrañe, luego de estar tan aburrida, después de salir a comer con ese tipo, compañero de trabajo, me pareció interesante, pero al fin y al cabo fue la misma aburrida rutina. El me llevo flores y se las acepte con una sonrisa, ya sabía en lo que acabaría... ya sabía que me llevaría a comer a un restaurante.
Me gusto el trayecto, en medio de los silencios de la conversación, podía ver la ciudad en la noche, la brisa helada entrando en la camioneta mitigaba el calor, nos detuvimos en una gasolinera. Unos tipos reían mientras tomaban cervezas, con unas chaquetas de cuero. Uno le tiro todo la cerveza en la cara ¡fue tan gracioso! Reían estrepitosamente.
Me preguntaba, que si esas personas eran realmente felices, es decir... no tienen una vida establecida como yo, pero reían así de descaradamente enfrente de todo el mundo.
La chica que iba con ellos noto mi mirada, la noto por ser la novia del tipo guapo de la moto jaja, de seguro hablarían de la pasada de ayer, de cómo se enfrentaron a esos tipos, de cómo su vida despreocupada se llena de violencia y aventura, de cómo el peligro se les abalanzo y salieron vivos. De cómo cada momento de compartir se vuelve especial, cuando te dice “te quiero”, cuando la defendiste de ese abusivo, de lo fuerte que eres... ya estoy fantaseando otra vez, inventando la vida de esa chica.

Ya con el tanque lleno inicia la conversación, hablar de mí, hablar de él, de la fabulosa vida de la oficina... aja, como que fuera interesante, solo quería ver la ciudad y sentir otras cosas, cambiar de rutina.

En estos momentos te extraño, aunque solo pasábamos peleando, parecía que comprendías más de lo que yo sentía después de todo, eras distinto y entretenido, no sabía que esperar de ti... eso me encantaba, no sé lo que paso... quiero verte otra vez, ¿si te llamo?... No
Llegamos al restaurante, ¡lástima que el viaje en auto termino, patético! ¡Cómo es que me entretienen esas cosas! En fin esa cena será como todas, el no parece darse cuenta, para el todo va bien, aunque le sonría no significa nada...

¡Huy! ¡Ya casi es la parada! Rápidamente me levanto, muchas personas se bajan acá, hago fila y lentamente el flujo me lleva a la puerta, estoy a punto de abordar el otro auto bus, miro el reloj... voy a tiempo, creí que iba tarde, pero el autobús superó su récord y ahora solo voy apretujada en horario pero a tiempo.
¡Huy no! ¡He comenzado a sudar! ¡¡¡ Ahh!!! ¡No me gusta sudar y mas tan temprano!, veo al otro lado de la calle un autobús esperando a sus abordantes, un tipo raro me ve, esta como ahogándose, rojo de su cara, que raro... porque gente como él no solo desaparece y deja de hacer rarezas, que suerte encontré asiento ¡je!

De aquí a mi trabajo es más largo el camino, puedo pensar con más calma.

La cita terminó, junto con la cena, no paso nada inusual, todo ocurrió sin sobresaltos, tal como yo esperaba, el es muy buena gente, eso es bueno pero no dice nada de él.  Al fin y al cabo que puedo esperar de personas con una vida aburrida.

El tiene esperanzas mas yo no quiero nada más con él. ¿Qué es lo que le diré? Creo que algo así:
-Mira la última noche que salimos estuvo bien y todo, pero sabes, no tienes ese “no sé qué”, que ando buscando.
¿Bueno que le diría?
-Lo siento pero, creo que no hubo química entre nosotros, solo espero que puedas encontrar una chica especial así que no te desanimes ¿sí?

Creo que con eso bastará.

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